Javier Ulises Herrera Ordoñez 15-0001-M
EL ÁRBOL DE JÍCARO


El
árbol de jícaro (Crescentia cujete) como es conocido (morro) en el sur del país
(Hondura) y está presente en Centroamérica y Sudamérica, esta planta tiene
muchos usos; desde su fruto que puede ser utilizado como artesanías e
instrumentos musicales, también es utilizado como fines medicinales, las
semillas que están dentro de el fruto son utilizados como un delicioso jugo
natural que es muy bueno, quien tiene la dicha de probarlo dirá lo mismo y lo mas importante que he
observado; su valor nutricional (es muy bueno el % de Proteína, Carbohidratos y
fibra y es una alternativa en nuestra zona, para alimentar el ganado, dándole
un proceso a la fruta para que pueda ser suministrado ya que cuenta con dos
aminoácidos esenciales.
Lo
importante que se debe de recalcar es que está presente en nuestra zona de
manera silvestre, debido a su reproducción y adaptación y a su capacidad de
tolerar altas temperaturas y veranos prolongados sin presencia de agua lluvia.
Me llama mucho la atención que su fruto, genera muchos ingresos económicos a
pobladores que viven fuera de la ciudad de Choluteca, en especial su semilla
que dándole un lavado y secado de ella puede ser comercializada, así llevar
ingresos a su hogar. En este trabajo desde la recolección (cosecha), hasta su
respectivo lavado y secado de la semilla, se ven involucrados todos los
integrantes de la familia, desde niños que podrían estar en una escuela
(estudiando) se encuentra en los bordes de los ríos lavando la fruta, hasta
mujeres embarazadas y señores (as) de la tercera edad.
Otro
punto muy importante que solo el 2% a 5% de las personas que trabajan con esta
fruta son dueños del terreno en donde se encuentra este árbol y dando como resultado que los demás obtienen
la fruta de una manera de recolección no legal. Pero como hasta estos últimos
años ha tenido un auge muy importante en la economía de campesinos de la ciudad
de Choluteca. Siempre se tiene el problema que el procesador le vende a un
intermediario y este último quedando con ingresos mucho mayores he aquí una
oportunidad de crear una cooperativa que le de seguimiento a este nuevo rubro
es un cultivo no tradicional que puede a llegar a tener expectativas, hasta de
exportación dándole un proceso a la semilla, extrayendo aceite vegetal y poder
generar mejores condiciones de vida a los que se apunten en darle seguimiento.
Los
pobladores de la zona sur subestimamos este gran potencial que nos puede
ofrecer esta planta, que hemos llegado a gran ignorancia de querer erradicarlo
para sembrar otros cultivos o instalaciones de plantas solares. De grandes
extensiones de tierra han sido eliminadas cualquier cantidad de jícaro (Crescentia
cujete). Que este árbol nos puede producir muchos beneficios y de manera
sostenible y que puede sacar de la pobreza a cualquier familia que se quiera
dedicar a la explotación de esta fruta en especial la semilla que tiene un gran
valor comercial y nutricional.
En
nuestro país hay cultivos tradicionales como el banano, palma africana y el
café este ultimo es el que genera mayor ingreso a el PBI del país y lo que me
llama la atención, quien ha interactuado y conoce el proceso de recolección y
tratado de la semilla, lavado y secado de ella se dará cuenta que seria el
mismo proceso que se le daría a el jícaro. Falta mucho apoyo por parte de las
autoridades para los que se dedican de manera artesanal a el lavado de la
semilla, para que puedan salir de lo mismo (lavar, secar y vender). Y así poder
darle un valor agregado como: harinas, biodiesel, concentrados para peces
(tilapia, camarón), usos en la ganadería como la pulpa y cascara y también se
obtiene alcohol. Ya teniendo los conocimientos no se venderá la materia prima que
en otras manos es muy explotado y genera muchos ingresos que pueden quedar en
nuestros pobladores de nuestra ciudad de Choluteca.
Debemos
de mejorar sus condiciones con nuevas técnicas y tecnologías que ayuden a
mejorar el proceso de siembra y postcosecha. Desde colección de semillas para
las nuevas progenies y así su reproducción y mejorar la producción de manera
sostenible, no de forma silvestre como esta planta se encuentra actualmente,
mejorar distanciamiento entre plantas, utilización de abonos ya sean orgánicos
o sintéticos y capacitaciones de como es el proceso de postcosecha que se le
debe dar a la semilla. Solo falta un poco de apoyo y el deseo de sacar nuestro
árbol a nuevas fronteras y horizontes que todavía no imaginamos, tanto así que
podemos ver a don José vendiendo su producto en Europa a doña María en Asia y
mi persona explicándole a mis nietos como fue que este bendito árbol que nos ha
regalado la naturaleza en nuestra tierra se convirtió en la fiebre del jícaro
que falta poco para que esto suceda.
Javier Ulises Herrera Ordoñez 15-0001-M